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viernes, 29 de agosto de 2014

Fases del desarrollo según Margaret Mahler


Dentro de la psicología, existen una gran variedad  de teorías en cuanto a las fases  de desarrollo según diversos enfoques. En esta ocasión revisaremos el enfoque psicoanalítico de Margaret Mahler, psicoanalista y pediatra quien realizó un gran aporte a la psicología evolutiva.



Con una formación en pediatra decidió trabajar con niños gravemente trastornados, esto la llevó a interesarse por las relaciones madre-hijo, sin embargo fue el psicoanálisis lo que le proporcionó las bases para establecer su teoría.  Para Mahler, lo importante es el proceso por el cual el niño se separa de la madre, para ser un individuo independiente, dejando de lado los aspectos sexuales tan enfatizados en el psicoanálisis.  Consideraba que la personalidad de un individuo, se forma a partir de la relación que tiene el niño con la madre. Inicialmente un recién nacido no es capaz de distinguir entre él mismo y las demás personas, por lo que el “yo” y el “no yo” (mundo externo) es lo mismo para el infante, percibiendo a los demás como si fueran parte de él. Para que la personalidad del niño pueda desarrollarse adecuadamente, es necesario que sea capaz de separar lo externo de lo interno, logrando percibirse como un individuo independiente. Para lograr este objetivo el bebé tiene que pasar por un proceso de tres fases; autismo normal, simbiosis normal y separación-individuación. El desarrollo de la personalidad así como la naturaleza de las relaciones interpersonales depende de cómo resolvemos estas fases.




Autismo normal

Comprende el primer mes de vida, en esta fase los periodos de sueño del recién nacido sobrepasan a los de vigilia, por lo que el niño parece atrapado en su propio mundo ajeno al exterior. Presenta un nulo interés por lo que se encuentra a su alrededor.


Simbiosis normal

El bebé entra en esta fase alrededor del segundo y tercer  mes de vida. El bebé permanece más tiempo despierto , por lo que comienza a percibir su mundo exterior. Posee una leve distinción entre lo que esta dentro y lo que está fuera de él, lo que es placentero y lo que no lo es. La característica principal de esta fase es la dependencia con la madre, ya que no distingue que es otra persona. En esta etapa los bebés suelen espantarse con facilidad, ya que son bombardeados por los diversos estímulos de su medio.





Separación- individuación

Esta fase se encuentra dividida en 4 subfases:

Diferenciación:  la atención del bebé deja de estar centrada en lo que pasa en su interior, comienza a mostrarse atento a todo lo que pasa a su alrededor, interactuando con este.  Alrededor de los 7 u 8 meses, el bebé comienza a alejarse de su madre por breves periodos. La conducta de extrañar y la ansiedad marcan el inicio de esta fase.

Práctica: los primeros pasos del bebé marcan el inicio de esta fase,alrededor de los  9 meses hasta el mes 18 . El mundo del bebé se vuelve más amplio, así como su realidad. Es un proceso de práctica en el que va descubriendo su medio y adquiriendo autonomía. El niño busca las habilidades que le permitan una mayor separación. 

Reacercamiento o aproximación: alrededor de los 18 meses, una vez que el niño a explorado su medio, es capaz de reconocer su indefensión e independencia de un modo nuevo, ya que es consciente de la separación, se da cuenta de lo mucho que depende de otros, pero al mismo tiempo sabe lo que puede hacer por sí mismo. Se presenta una mayor susceptibilidad a la frustración, temor a la pérdida de objetos o personas, mayor conciencia de la separación  y por lo tanto mayor ansiedad, mostrándose más lloroso de lo normal. Es una etapa de cambios emocionales por lo que el niño alternara entre periodos de gran necesidad de acercamiento con la madre y periodos de necesidad de alejarse.

Consolidación y constancia del objeto emocional:

Entre los 24 y 30 meses de edad se consolida en el niño el percibirse como un individuo, y es capaz de saber que su madre existe, y regresará cuando no esté presente (constancia del objeto emocional). debido a esto el niño adquiere una estabilidad emocional, ya que es capaz de distinguir las experiencias buenas y malas por separado. El proceso de separación-individuación es muy importante, ya que si una persona distingue adecuadamente cuales son sus límites, tiene una identidad propia y es capaz de saber que aunque las personas no estén presentes aún así tiene su afecto, podrá establecer relaciones interpersonales sanas. 


La individuación es el sentimiento de ser −una conciencia temprana del sentido de ser, de entidad−, mientras que la identidad es la posterior conciencia de quién soy .



Cuando surge alguna dificultad en las etapas, se presenta lo que Mahler llamó psicosis:

Psicosis autística: el niño no distingue a las personas a su alrededor, por lo que se le ve perdido en su propio mundo, sin mostrar interés en lo que le rodea. 

Psicosis simbiótica: alrededor de los tres o cuatro años el niño no es capaz de distinguirse como separado de la madre, en la mente del pequeño el y su madre son el mismo ser. Debido a esto el niño no puede separarse para establecerse como individuo. 






Para establecer que se presenta alguna de estas psicosis, se deben presentar la conductas descritas a una edad mayor a lo establecido como normal, o bien, que el pequeño ya haya pasado por ella, pero por algún suceso repita actitudes de etapas anteriores.  



martes, 26 de agosto de 2014

Fases del desarrollo según Freud


Sigmund Freud, médico austriaco considerado el padre del psicoanálisis. Se interesó en el área de la neurología y psiquiatría, por lo que realizó diversas investigaciones sobre afecciones mentales. Debido a sus estudios sobre la histeria y a su trabajo con Jean-Martin Charcot se le relaciona con el término hipnosis. Gracias al trabajo que realizó con diversos colegas, logró establecer las bases de su doctrina; el psicoanálisis, la cual se basa en métodos como la asociación libre y el análisis de los sueños. "Infancia es destino" para Freud todos los conflictos de la edad adulta tiene un origen en como enfrentamos los primeros años de vida. Su trabajó fue muy controversial en su época,  ya que postuló a la sexualidad como eje central de su teoría. Aunque Freud tuvo poca experiencia directa con niños, su teoría del desarrollo es un estudio de la primera infancia; los primeros 5 años son los más importantes para el desarrollo de la personalidad.

Periodo Infantil


A pesar de lo que se creía en su época, Freud estableció que los niños pequeños poseen una vida sexual y viven un periodo de desarrollo de su sexualidad durante los primeros 5 años de vida. Hoy en día se acepta la idea de que los niños muestran cierto interés por los genitales y el placer sexual (de acuerdo a los conceptos de su edad). Freud dividió el periodo infantil en tres fases, en función de la zona que causa placer.



Fase oral

La boca se establece como el primer órgano que genera placer en el niño, ya que es por medio de esta que nos alimentamos cubriendo una de nuestras necesidades básicas. El objetivo de esta fase es que el pequeño establezca cierta conexión con su madre. Si la madre es capaz de cumplir con las demandas del bebé, este no presentara ningún tipo de ansiedad, sin embargo, al establecer un horario de comidas comienza a surgir la ansiedad y los sentimientos ambivalentes hacia la madre y al entorno. Con la aparición de los dientes el bebé ya es capaz de defenderse de su entorno el cual percibe como bueno y malo, esto debido a la satisfacción o no de sus necesidades, pasando a la fase oral sádica. En esta segunda fase oral, los niños comienzan a morder, negarse a comer cerrando la boca, sonríen y gritan. Su primera experiencia autoerótica es chuparse el dedo, esto es una forma de calmar la ansiedad, ya que busca la protección de la madre recordando el momento especial cuando lo amamanta. Al crecer la boca continua siendo una zona erógena, por lo que ante diversas situaciones gustamos de chupar caramelos, masticar chicles, morder lápices, fumar o comer más de lo normal según nuestras características de personalidad.



Fase anal


La agresividad que el niño demuestre en la fase anterior aumenta al llegar a los dos años de edad, en este momento el ano es la zona placentera. Esta etapa se caracteriza por el control de esfínteres (entrenamiento para ir al baño), que es lo que le genera placer o frustración al pequeño. La fase anal de divide en dos subfases. Durante la primer subfase, el niño se torna agresivo, ya que los padres intentan imponer el control de esfínteres, debido a este cambio el niño tiene que experimentar lo que es una pérdida, puede intentar destruir sus juguetes, esto es necesario ya que el pequeño debe aprender a deshacerse de los objetos de una manera simbólica, para poder ir al baño en el momento adecuado y poder desprenderse de sus heces.

Ya en la segunda subfase la agresividad baja, los pequeños suelen mostrar interés en las heces, y al entender el deseo de los padres, las muestran en forma de un regalo. Es importante aceptar el obsequio del niño para generar en el cierta seguridad, lo que hará que de adulto se comporte de manera generosa. Sin embargo si el regalo es rechazado de forma agresiva, se genera una gran ansiedad en el niño, lo que hará que retenga las heces al pensar que dejarlas salir es algo malo, estableciéndose un tipo de personalidad al ser adulto. El carácter anal se establece cuando el niño encuentra cierta satisfacción al retener las heces, son personas que gustan de la posesión de objetos, suelen ser excesivamente ordenados, a esto también se le conoce como la triada anal; orden, tacañería y obstinación. 



Fase Fálica

Comprende entre los 3 y 4 años, en esta etapa los pequeños encuentran placenteros sus genitales, se muestran curiosos con las diferencias entre hombre y mujer. Debido a esta gran curiosidad que sienten, es normal que los niños toquen sus genitales, sin embargo, son reprimidos debido a las reglas sociales. La forma en que se reprima esta conducta, impactará de gran manera en el desarrollo de su personalidad. Se recomienda que se le explique al pequeño sobre lo mal visto de su comportamiento, pero enfatizando que es normal que sienta curiosidad, esto se debe hacer con paciencia y afecto. De lo contrario se pueden esperar diversos trastornos en la vida adulta relacionados con la aceptación de su sexualidad.




Es en esta fase donde surge el conocido complejo de Edipo y complejo de Edipo femenino (complejo de Electra). Este complejo se presenta cuando el niño o niña se identifican con el progenitor del mismo sexo, por lo que intenta ser él o ella, sin embargo esta identificación hace que sienta cierta atracción hacia el progenitor del sexo contrario, generando sentimientos ambivalentes hacia el progenitor con el que se identifica. Debido a esta rivalidad, en los niños varones surge la ansiedad de castración; miedo a que le corten los genitales como castigo por parte del padre. Este tipo de pensamiento se debe a que el niño observa que la madre no tiene un pene, por lo que infiere que se lo cortaron, generando un miedo a que le pase lo mismo. Por otra parte en las niñas surge la envidia de pene, al darse cuenta de los privilegios con los que cuentan los niños, se muestran molestas; quisieran ser varones. Las niñas experimentan un deseo por ser hombres, o poseer a uno, este deseo se transforma en uno por tener un bebé varón, haciendo común en las niñas el juego de "la mamá". En este complejo edípico, la niña responsabilizará a su madre por haberla traído al mundo sin un pene, mostrándose distante y agresiva con ella. Cuando las niñas reconocen su castración (falta de pene) e inferioridad respecto a los niños, se rebelan contra ellos, esto es de tres maneras; pueden renunciar a su sexualidad, tanto femenina como masculina, desarrollando una fuerte hostilidad hacia su madre; la segunda es aferrarse a su masculinidad de manera desafiante, o pueden desarrollarse de manera normal, asumiendo su sexo.
Es necesario que los pequeños atraviesen este proceso para poder establecer una personalidad. La forma en que afronten esta etapa determinara como viven su sexualidad en la edad adulta, así como la figura con la que se identificaran y tomaran de modelo. Durante esta fase surge el superyo, que es la parte de la psique que regula las reglas morales. Al final, los niños son capaces de identificarse con la figura de su mismo sexo, esperando ser como ellos sin ser ellos.







Fase de latencia

Ya en el cuarto o quinto año de vida, los niños ya han formado un sentido de normas morales, por lo que su sexualidad entra en una etapa de adormecimiento. Esto es debido a diversos factores: fisiológicos, el niño siente culpa de actos inmorales y debido a que en esta etapa ingresan a la escuela, se encuentran concentrados en otros aspectos de su vida; amigos, familia y escuela.







Fase genital

La pubertad despierta el deseo sexual en los niños, entrando en una segunda fase que muestra diferencias fundamentales con el periodo infantil, ya que son conscientes de su propia sexualidad y sus consecuencias. Ya adolescentes, renuncian al autoerotismo, orientando su energía sexual hacia otra persona, siendo conscientes de la posibilidad de reproducción. A diferencia de la fase Fálica, el sexo femenino adquiere el mismo estatus que el masculino, y ya no es una fuente de ansiedad para los varones, al contrario, se transforma en una fuente de satisfacción. Es en esta fase donde todas las anteriores se integran para establecer una estructura de personalidad, con la cual se afronta la sexualidad, de la que se hace consciencia. Esta fase se extiende hasta la adultez, en donde se continúa experimentando una sexualidad consciente. Cabe mencionar que la persona al llegar a esta etapa ya no solo busca los placeres básicos de sobrevivencia, sino que ya es capaz de experimentar placer con actividades o situaciones externas, como lo es un trabajo, un hobbie, etc.




Freud establecía que una persona que ha logrado atravesar estas fases sin presentar alteraciones, había alcanzado la madurez. Sin embargo, fue totalmente consciente de que era casi una situación utópica, ya que es muy difícil encontrar a una persona que no haya tenido dificultades en su vida.